Un fin de semana ha bastado para hacerme ver el día a día desde una perspectiva muy distinta a la que acostumbraba.
Uno de los sucesos que ha ocurrido es simplemente un problema físico, nada que no se solucione con el paso del tiempo, pero que por ahora me impedirá continuar con las entradas del blog como hasta ahora lo hacía. El otro ha sido la convivencia con un grupo de personas durante las Olimpiadas Rurales de Añora 2013, que han conseguido que, dejando a un lado los percances sufridos, pueda decir que ha sido una experiencia que repetiría sin pensármelo dos veces.
A este gran equipo, Los Becerros Olímpicos [nombre más acertado nadie podría encontrar], le agradezco el acogimiento que han tenido conmigo, los grandes momentos de risas y cerveceo, de ánimo antes de cada prueba, de bailes "charangueros"...y por supuesto de apoyo en los momentos más difíciles.
Por mucho que tus seres queridos te intenten sacar de tu equivocación , son experiencias como éstas las que te hacen ver que lo que ayer era tu única realidad, hoy recapacitas y ves cuál es su verdadera importancia.
Siempre he sido de ciencias [las letras para las sopas], pero aunque no se me de muy bien escribir, espero que haya quedado claro el mensaje de agradecimiento a estos Becerros. Y por supuesto no se me pasará animar a todos aquellos que aún no conozcan las Olimpiadas Rurales de Añora, o a los que las conozcan y no se hayan atrevido aún a participar, que lo hagan sin dudar. ¡No os arrepentiréis!
Y aquí os dejo con el enlace de Antonio López del paso de Los Becerros Olímpicos por las Olimpiadas Rurales de Añora 2013.
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